Nuestra historia de amor comienza hace más de 10 años.

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A pesar de haber estudiado en la misma escuela, nuestro primer acercamiento ocurrió hasta un par de años después de graduarnos en una fiesta de ex compañeros. Compartimos miradas durante toda la velada, hubo risas, coqueteos; y al final sellamos con un beso lo que ahora recordamos como una de las noches más especiales.

 

Poco después, tomamos caminos separados -Alejandro en Mazatlán, Gaby en Guadalajara- y no tuvimos contacto alguno durante este tiempo. Tuvieron que pasar un sin fin de historias para que la vida nos trajera nuevamente a la misma ciudad.

 

Fue un sueño el que despertó aquellos sentimientos que habían quedado atrás pero a su vez se mantenían intactos en nuestra memoria.

 

Un mensaje hizo la diferencia, dos semanas después éramos inseparables, cuatro meses después planeábamos comprar nuestro departamento; al cumplir nuestro primer aniversario nos comprometimos y agregamos un minino a nuestra pequeña familia; y ahora, a tan solo unos meses de unir nuestras vidas en matrimonio, nos damos cuenta que todos esos años separados no fueron en vano.

 

Todo este tiempo no fue sino prueba de que lo que está hecho para ser, perdura; y nosotros estamos hechos el uno para el otro.